En torno a La Bauhaus en el ciclo de exposiciones “Vanguardia y Arte Internacional”. Galería Leandro Navarro

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La Galería Leandro Navarro presenta la exposición “Vanguardia Internacional III. Entorno a la Bauhaus”, la tercera dentro del ciclo de muestras dedicadas al arte europeo de vanguardia. Un interesante recorrido histórico artístico por los principales protagonistas de la Escuela de diseño, arquitectura y artes plásticas, fundada en 1919 en plena República de Weimar por el urbanista, arquitecto y teórico del arte alemán, Walter Gropius (1883-1969), bajo el nombre de Bauhaus. La exposición se enmarca en el seno de una temática destinada a desvelar el impulso que esta agrupación de enseñanza y trabajo colectivo estatal mantuvo a lo largo de varias décadas primero en Weimar, después en Dessau y por último en Berlín, hasta su clausura durante el régimen nazi y su posterior exportación a USA por el artista y fotógrafo de origen húngaro Moholy Nagy a finales de los años 30. La filosofía de “aprender trabajando”, el aprovechamiento del desarrollo industrial enfocado a la construcción de modelos para la producción en serie, el sincretismo de todas las artes y la cooperación entre profesores y alumnos, fueron algunas de las revolucionarias premisas desarrolladas por Gropius y sus sucesores (Meyer y Van der Rohe) durante los tiempos de la Bauhaus, constituyendo sus distintas sedes los centros más activos del Arte Moderno Internacional.

La exposición de la galería Leandro Navarro pretende acercar al gran público a nombres esenciales de este momento álgido de las vanguardias constructivistas de pensamiento socialista en su amalgama de corrientes creativas innovadoras, muchos de los cuales desempeñaron un papel fundamental siendo profesores de la Bauhaus, como es el caso de Paul Klee, Wassily Kandinsky, Lyonel Feininger, El Lissitzky, Oskar Schlemer, Josef Albers… Algunas de estas primeras figuras se encuentran representadas con importantes obras en esta exposición: Albers, Kandinsky, Schlemmer o Klee.

Junto a estos pintores, escultores y diseñadores fundamentales en el desarrollo del arte moderno europeo inspirados directa o indirectamente por los postulados racionalistas de la Bauhaus, esta interesante muestra ofrece significativos trabajos de artistas españoles de vanguardia como Joan Miró, Pablo Gargallo, Juan Gris y Pablo Picasso. Asimismo cuenta con la obra de Joaquín Torres García, pionero en los lenguajes del nuevo arte. Todos ellos vivieron y desarrollaron su arte durante los difíciles años de entreguerras dentro de una Europa en profunda crisis política, social, económica…

La muestra “Vanguardia Internacional III, En torno a la Bauhaus” podrá visitarse hasta el próximo 30 de abril en la Galería Leandro Navarro, c/ Amor de Dios, 1, de Madrid.

Fuente: infoenpunto.com

Shanghái se abre al arte occidental

Título: Composición I Año: 1970 Tamaño: 100 x 100 cm Técnica: Wacofin / Lienzo

El termómetro es descomunal y se divisa a varios kilómetros a la redonda, incluso entre la niebla espesa y contaminada que gobierna Shanghái. Hoy marca 16 grados desde la fachada de la Power Station of Art, antigua central eléctrica de 42.000 metros cuadrados reconvertida en 2012 en el primer museo de arte contemporáneo de titularidad estatal en esta ciudad. A su alrededor, cientos de conductores circulan por laberínticos bulevares de circunvalación, luciendo esa sonrisa propia de las economías emergentes. Bajo cada puente, una pantalla gigante les saluda escupiendo datos sobre el curso de la bolsa, casi siempre al alza. La clase media entra y sale de nuevas zonas comerciales, envolviéndose de un lujo cada vez más asequible para sus rebosantes bolsillos –hay marcas francesas que se plantean una pronunciada subida de precios, para seguir siendo deseadas y deseables– y celebra todas y cada una de las fiestas occidentales, de San Valentín a Navidad y vuelta a empezar, con la misma pasión que si hubieran sido idea de Confucio.

¿Qué papel juega el arte en una sociedad próspera y en plena transformación? La Bienal de Shanghái, clausurada esta semana tras cuatro meses ofreciendo un extenso y ambicioso programa de arte contemporáneo, ofrece una posible respuesta. La cita, iniciada en 1996, llegaba este año a su décima edición. Si las anteriores se habían visto perjudicadas por el gusto de sus responsables por la espectacularidad más gratuita, además de una programación formada casi exclusivamente por nombres locales, la que ahora llega a su fin ha supuesto un salto adelante en una dirección distinta. “Hemos querido potenciar el diálogo entre Occidente y Oriente. Nuestro comisario es un alemán de perfil académico, Anselm Franke, y el 60% de los artistas presentados son internacionales, frente a solo un 40% que vienen de China, Taiwán y Hong Kong. A medida que pasen los años, iremos a más”, sostiene Li Xu, vicedirector de la Power Station of Art, confirmando un pronunciado cambio de orientación. “Le pedimos a Anselm que preparara una exposición a partir de los sentimientos, que fuera capaz de emocionar a la gente. No queríamos solo textos en las paredes”.

En las salas del recinto, que hace poco acogió una gran muestra sobre el surrealismo con lienzos procedentes del Centro Pompidou de París, encontramos esta vez las obras de Peter Dreidl, Adrian Melis o Stephen Willats, conversando con las de Huang Ming-Chuan, Chen Chieh Jen o Ming Wong, prodigio del arte singapurense. Leviathan, un documental experimental a cargo de la pareja francobritánica formada por Véréna Paravel y Lucien Castaing-Taylor, coexiste con una obra del cineasta Huang Ran, presentada en el último festival de Cannes. El tema que las engloba responde a un impreciso enunciado: “La fábrica social”. En otras palabras, el tejido formado por los ciudadanos y su transformación en tiempos de consumismo desenfrenado y fausto para las masas. “Después de años hablando del cambio chino en términos exclusivamente económicos, me interesó abordar el tema desde otro punto de vista”, apunta Franke, procedente de la Haus der Kulturen der Welt, prestigioso centro de vanguardia en Berlín. “Es un país que ve su modernización como una forma de superar un siglo de humillaciones, y el arte también forma parte de ese proceso”, añade frente a una taza de té en un restaurante de la Concesión Francesa, controlada por París entre 1849, tras la victoria francobritánica en la segunda guerra del opio, y 1946, después de los acuerdos de Nankín.

No es ningún secreto que las autoridades locales pretenden servirse de la cultura para cambiar de imagen. Y no es casualidad que haga años que los museos, fruto de la iniciativa pública como privada, se multipliquen. Además de la Power Station of Art, la coleccionista Wang Wei inauguró hace unos meses el Long Art Museum, de 33.000 metros cuadrados. El Rockbund Art Museum fue pionero en 2010. Dirigido por el francés Larys Frogier, acoge un programa de exposiciones propias en un antiguo edificio colonial a pocos metros de ese malecón al que los británicos rebautizaron como Bund. La última, dedicada al reputado artista suizo Ugo Rondinone, formó parte del programa off de esta Bienal. El Mingsheng Art Museum y el Yuz Museum, inaugurados en 2014, son las últimas incorporaciones al panorama museístico de Shanghái: dos recintos necesitados de contenidos que estén a la altura de su espectacularidad.

Sean Scully, gran figura de la abstracción pictórica, protagoniza una gran retrospectiva en Shanghái y Pekín

“En Shanghái existe una voluntad de convertir el arte en soft power”, concede Franke. “Pero siempre he creído que eso no funciona si uno evita enfrentarse a la pluralidad de opiniones”, sostiene el comisario, que ha escogido a un puñado de obras discretamente subversivas. “No me interesaba mostrar el arte que las nuevas élites puedan colgar en su comedor. Quería ir más allá”. Franke asegura que contó con libertad para sugerir temas y nombres, pese a “algunas restricciones menores”. “En mi contrato decía, de manera imprecisa, que debía respetar las circunstancias políticas y no herir conscientemente sentimientos religiosos o históricos, ni tampoco elegir a artistas sobreexpuestos”, asegura Franke. Abrirse a nombres internacionales es una manera de reafirmar la legitimidad de la esfera del arte local y exhibir apertura de espíritu. “En toda escena artística es importante contar con extranjeros, porque siguen normas diferentes y funcionan con otros códigos. Especialmente en lugares como China, donde hay tantas normas y códigos ocultos”, afirma Franke. “Los extranjeros siempre pueden decir que no han hecho las cosas correctamente porque no saben hacerlas mejor. Aquí, ser un extranjero estúpido puede suponer un gran capital”, ironiza el comisario.

Doce kilómetros al oeste, cruzando el río Huangpu hacia el distrito de Pudong, Sean Scully se encuentra sentado en el lobby de un nuevo hotel de lujo, donde suena una música infantil y algo machacona. El artista irlandés, gran figura de la abstracción contemporánea, acaba de protagonizar una extensa retrospectiva en el Himalayas Museum, otro nuevo centro pegado a uno de esos centros comerciales que florecen en cada esquina, antes de despegar hacia Pekín, donde se expone hasta el 23 de abril. Poeta de la geometría–y cinturón negro de karate, como se esfuerzan en demostrar los paneles de la muestra para acercarlo al público local–, Scully se muestra orgulloso de haber sido aceptado y celebrado por la escena china. La tarde anterior, pronunció una conferencia ante un público multitudinario e inusualmente joven. “Han llegado a un punto en que pueden permitirse invitar a extranjeros. Ya están preparados para entrar en esta fase”, afirma. “Es emocionante formar parte de este momento, porque todo el gran arte surge en los lugares que están a punto de convertirse en algo”.

Para Scully, el arte tiene la función de superar las barreras mentales después de décadas de opresión intelectual. “El arte debe permitir el pensamiento libre. Debe enseñar cómo esquivar la autoridad, cómo construirse una autoridad propia. No estoy hablando de la revolución. El arte es mucho más subversivo que la revolución. El arte afecta e infecta. Y yo he querido inocular mi virus a China”, sonríe. Pero este tropismo aperturista tiene sus límites. Uno de los artistas seleccionados no pasó la criba de la censura: Pak Sheung Chuen fue eliminado de la lista de artistas expuestos poco antes de la inauguración por haber participado en el movimiento prodemocracia en Hong Kong.

 En octubre, el presidente Xi Jinping pronunció un discurso ante grandes personalidades de la cultura, a las que instó a servirse de la “energía positiva”. Una coletilla recurrente desde hace meses en el Partido Comunista, que insta a evitar toda crítica al sistema en nombre de un supuesto optimismo existencial. “Es una tendencia preocupante. El buen arte debe ser lo opuesto a la positividad y al positivismo”, plantea Franke. “Además, es una estrategia contraproducente. Por ejemplo, la historia estadounidense demuestra que la obligación de sonreír solo ha provocado depresión y desarraigo”. El comisario de la Bienal cree que el arte terminará por provocar el cambio deseado. “El arte nos comunica con las cosas que no tienen nombre, con lo que no sabemos sobre nosotros mismos, con lo que la sociedad no sabe sobre sí misma. Ese contacto con lo desconocido es lo que nos mantiene vivos”.

Fuente: El Pais

El Louvre explora el arte sagrado del XVII

Junto con Poussin (1594-1665), el Siglo de Oro español es el gran protagonista de este doble evento museístico que en realidad es triple, pues el Louvre acaba de inaugurar también en París, en el Grand Palais la retrospectiva Velázquez.

Dios y la creación de imágenes santas entre 1580 y 1660 y la espiritualidad del pintor Nicolás Poussin, “el más ilustre del Louvre”, centran dos exposiciones que desde el Jueves Santo y hasta el próximo junio dedica el museo parisiense al convulso siglo XVII. Continue reading

The Met Announces Sol LeWitt Wall Drawing

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New York’s Metropolitan Museum of Art is installing one of Sol LeWitt’s famous wall drawings in its galleries this summer. The 1982 work, Wall Drawing #370: Ten Geometric Figures (including right triangle, cross, X, diamond) with three-inch parallel bands of lines in two directions, will take four weeks and a team of five drafters to complete.

The black-and-white, linear drawing of geometric shapes will be located in gallery 399 on the first floor of the Met’s Lila Acheson Wallace Wing, which will soon undergo a significant renovation and redesign.

Accompanying the wall drawing will be a suite of five silkscreen works by the artist titled Composite Series (1970). The linear works are among LeWitt’s earliest abstract prints, and were based on his ink drawings and wall drawing plans. Each square-shaped piece features a series of straight lines, crisscrossing the page at 90 and 45 degree angles in different colored square and rectangular segments. As the series progresses, LeWitt introduces more and more subdivisions to the page, culminating in a single block featuring all possible line and color combinations.

LeWitt made his first wall drawing in 1968. From the first, these works, which were executed by drafters in a variety of different media and architectural settings, were meant to be impermanent, and many have since been lost. Likewise, the Met’s latest LeWitt is only a temporary installation. The drawing, which will be finished June 30, will be painted over on September 7, 2015.

Source: artnet.com 

Peter Halley on his Big Paintings

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For more than 30 years Peter Halley, who first rose to prominence in the 1980s, has enjoyed a robust yet steady career with consistent demand for and interest in his geometric abstract paintings, with their signature prison cells and conduit imagery, often in DayGlo colors. Prior to joining the faculty at Yale University in 1999, he taught at Columbia University and at UCLA, influencing successive generations of younger artists and taking an avid interest in their work and development.

The Florence Griswold Museum in Old Lyme, Connecticut has just unveiled a show of nine large-scale abstract paintings that epitomize his work while also showing the arc of his development as a painter and artist over the years. “Peter Halley: Big Paintings” runs through May 31. Halley also recently celebrated the publication of index A to Z: Art, Design, Fashion, Film, and Music in the Indie Era, an exhaustive book that compiles all the issues of index, the magazine he published from 1996-2005 (Rizzoli published the book this past spring).

We visited Halley in his New York studio to talk about his work, his teaching, and his numerous writing endeavors. We discussed some of the major differences in today’s art world as compared with when he got his start in the 1980s. “The great thing about today’s art world is that so many artists can make a living doing all sorts of different things,” Halley told artnet News. “The negative part, in my view, is that as art gets more and more popular, the issues get a little dumbed down and that there’s less discussion of things that are difficult.”

Source: artnet.com